31 de octubre de 2010

La filosofía del presente

Bienvenidos al primer día del resto de vuestra vida. Mirad a vuestro alrededor, hoy es un nuevo día, una nueva oportunidad para lograr vuestros sueños, y es que cada día es un regalo.
Muchas personas os sentis abrumadas por la rutina, soleis decir: ¡todos los días lo mismo! Y no os dáis cuenta del gran regalo que es estar vivos y poder vivir un día más. Esta lección la aprendí con 9 años, aunque tardé algunos años en comprender realmente aquel conocimiento que había quedado latente en mí.
Durante toda mi vida, experimenté con exagerada empatía el fragil estado de salud de mi padre, pero había algo que me evitaba sentir tristeza o miedo, su sonrisa.
Pasados los años y superado el trauma empecé a entender los porqués de esa maravillosa sonrisa que él siempre lucía en su rostro. Uno era el hecho de tener dos hijas y una mujer que le querían, y por eso se sentía agradecido, y a la vez obligado a dar lo mejor de sí mismo a pesar de los problemas. Otro, el más importante para mí, era la conciencia total de que cualquier día podía ser el último, y que por ello, debía ser vivido como si realmente lo fuera. Y esto fue así hasta su último día, nunca dejo de dar gracias por lo que tenía ni de sonreir y hacer algo nuevo con su tiempo: ya fuese tallar madera para darle hermosas formas o pintar un cuadro que reflejara lo más interno de su corazón, y como no, pasar tiempo con las personas que daban significado a su vida: su familia.
Mi padre era un especialista en algo llamado LA FILOSOFÍA DEL PRESENTE.
En su caso, no tenía otra opción, su modo de vida estaba marcado por su inminente muerte, y prefirió vivir con intensidad a sobrevivir lamentándose.
¿Pero que ocurre con nosotros? ¿Que ocurre con aquellas personas que tenemos salud, un techo, ropa que ponernos, personas que nos quieren? Que nunca lo valoramos lo suficiente y vivimos instalados en la queja, en que las cosas nunca son lo suficientemente buenas, buscando siempre una perfección que no existe, con la consiguiente frustración y tristeza por no ser capaces de controlar nuestro destino.
¿Pero que nos pasa? ¿Y si muriésemos mañana? ¿Os gustaría que os recordasen por ser una persona triste, que no daba nada por los demás porque siempre estaba demasiado preocupada por sus propios problemas? YO DESDE LUEGO ME NIEGO.
Se que existe un miedo generalizado a la muerte, pero es más bien un miedo a no poder hacer las cosas que deseamos en la vida, a que no nos de tiempo a conseguir lo que anhelamos, a dejar asuntos pendientes.
Pues transformemos desde hoy ese miedo, la oportunidad de hacer esas cosas la tenemos todos los días, pensemos en quienes queremos ser, en como queremos ser recordados, y trabajad en ello todos los días que la vida os regala.
Si estais cansados de una rutina que no os lleva a nada, haced cambios: si el trabajo no os deja tiempo para pasadlo con las personas que quereis intentad flexibilizar, o trabajar un poco más en casa en vez de quedaros a hacer horas extras, o simplemente, buscad otro trabajo. Si, parece imposible, pero la única manera de ser imposible es no intentarlo.
No olvideis sonreir, buscad aquellas cosas pequeñas de la vida que normalmente no veis, escuchais o sentis por llevar demasiada prisa. Cuando vayais por la calle observar todo lo que os rodea, si realmente sabeis mirar encontrareis cosas que os harán sonreir.
Mientras andais por la calle mirad a todos los escaparates, tened en mente a esas personas especiales que alimentan vuestro corazón, y tened algun detalle con ellos de vez en cuando, los regalos son siempre mejores en días no señalados e inesperados.
Cuando vayais a comprar al supermercado, intentad alguna que otra vez algo que nunca os atreveis a comprar porque engorda, o porque es demasiado caro, y disfrutarlo un día cualquiera, solos o en compañía, saboreando lentamente cada bocado.
Seguro que a vosotros se os ocurrirán más cosas para cambiar vuestro rutinario presente, solo debeis seguir a vuestro corazón y pasar por encima del miedo a equivocaros. Cada día puede ser especial, pero sois vosotros quienes debeis hacerlo posible, la llave está en vuestro corazón, en seguir siempre sus pasos aunque a veces de miedo, en arriesgarte y equivocarte, para aprender de los errores y ser mejores personas.
ESTA VEZ SABEMOS QUE JUNTOS PODEMOS ESTAR EN PIE, TENEMOS EL PODER PARA SER PODEROSOS, CREYENDO QUE PODEMOS HACERLO MEJOR.

27 de octubre de 2010

Este si es el primer día del resto de mi vida.

Y por fín,¡he vuelto!
Y esta vez llena de pensamientos positivos, ¡vengo cargadita señores y señoras!
Hace como un par de semanas he empezado esa nueva etapa en mi vida de la que hablé cuando empecé este blog. Llegó la hora de la independencia, de compartir sonrisas, caras raras y sorpresas de todo tipo. Ha llegado el momento de la convivencia.
Y la verdad que esto no está nada mal...
Es cierto que estoy adelgazando con tanto ajetreo pero eso nunca viene mal ¿no? Hay que sacar de todo algo positivo. Y como decía antes lo veo por todas partes, porque aunque tenga que hacer algunas labores de la casa, lo hago encantada, y esta es la primera vez en mi vida que me pasa algo así.
Esta entrada va dedicada a todas las personas que tienen pareja, y también a quienes desean en su interior ese compañero de camino que tarde o temprano se cruzará con ellos.
Vosotros, que luchais cada día por sobrevivir, en pareja o por separado, que teneis que lidiar con malas caras, pequeñas discusiones (también las que cada uno tiene consigo mismo), ligeros desacuerdos que hacen que el compartir nuestra vida y nuestro tiempo con alguien se vuelva algo insoportable a veces, que a pesar de todo no os reendis y seguis con vuestra particular búsqueda de un compañero, de la felicidad del otro, o de paz y armonía, os doy la enhorabuena.
En 8 años con mi compañero de camino siempre han pesado más las razones para estar juntos que las razones para estar separados, hemos seguido adelante a pesar de todo y no solo eso, hemos dado un paso más. Y como todos sabeis cuando entregamos nuestro corazón a alguien siempre puede haber algo de dolor, pero yo, llegada a este punto, puedo decir que ha merecido la pena y seguirá mereciendo la pena solo por despertarte por la mañana y saber que a tu lado, está un compañero que si le cuidas, caminará contigo para siempre.

Sefuid intentándolo, no tiréis la toalla, yo ya planté mi semilla, y tengo fe en que crezca y se convierta en una maravillosa flor, nunca perdáis la fe.

3 de octubre de 2010

El valor de ser uno mismo.

Queridos amigos, hoy quiero que recuperemos nuestra identidad, o si la estáis buscando, que no ceséis en la búsqueda del conocimiento interior.
Hace falta valor para mostrarnos tal cual somos. ¿Cuantos de vosotros ocultáis una parte de vosotros mismos que creéis que no encaja con los demás? Hay quienes al hablar intentan no decir ciertos comentarios que a la gente le suenan poco menos que raros, hay quienes deciden ocultar que les gustan los gatos solo porque la gente con la que se codea les tiene un odio irracional, los hay que ocultan sus gustos musicales porque no son los de la mayoría, y los que simplemente se inhiben en sociedad porque tienen una manera de ser ciertamente especial.
¿Y porque muchas personas tendemos a hacer este tipo de cosas? Por temor a lo que piensen o digan los demás. Simplemente porque, como personas altamente sensibles, que ya de por si somos bastante especiales, nos cuesta reconocer los comentarios de los demás como simples opiniones, y tendemos a pensar que son críticas.
Aunque haya personas realmente criticonas, creo que la mayoría de las personas no lo son. De la misma manera que ellos exponen libremente sus opiniones nosotros tenemos el derecho a exponer las nuestras, a decirlo cuando algo nos molesta o no nos gusta, o a expresar que algo nos encanta. ¿Acaso somos menos importantes que los demás? NO LO SOMOS.
Pero intentemos equilibrar la situación. Hay ocasiones en las que las opiniones de los demás pueden sernos realmente valiosas, y debemos intentar escuchar siempre lo que tienen que decirnos. Las opiniones, como los consejos, los damos gratuitamente, y los demás deciden si coinciden, si las aceptan, si están de acuerdo o no. Hagamos lo mismo con los consejos y opiniones de los demás, respetemoslas, y decidamos que hacer con ellas.
No siempre tenemos que creernos todo lo que nos dicen, y también depende mucho de que personas vengan los comentarios. Pero saber escuchar y respetar es algo que debemos hacer nosotros si queremos que los demás también lo hagan. Siempre lo digo, no podemos cambiar a los demás, pero sí a nosotros mismos.
Os propongo un ejercicio de auto-motivación, coged un papel y escribirlo si preferís que sea privado, o ponedlo en los comentarios. Decid claramente lo que os gusta, aquello que os diferencia de los demás y se sale de la mayoría. Empezaré yo y me quedaré la mar de agusto.
ME GUSTAN LOS GATOS, EL POWER METAL Y EL ROCK GÓTICO, TENER UNA CASA CON DECORACIÓN COLORIDA Y A MI GUSTO, EL TÉ, LLORAR CUANDO LO NECESITO Y DECIR LO QUE PIENSO.
Y al que no le guste....¡que no mire!